Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
El Altar de los Dioses
Bienvenido a una de mis historias, ponte cómodo en tu asiento y disfruta de un buen momento. Cada lunes y viernes aparecerá un nuevo capítulo, no lo olvides.
//21 de Abril, 2010

TOMO I: El principio del fin

por hernanli a las 12:03, en General

CAPÍTULO I

 

ALDEA DE LA LUNA

 

EL INICIO

 

 

 

-¡Sid!-
-¡¿Qué?!-
-¡¡Sigfried!!-
-¡¿Qué?!-
-¡Que vengas, te necesito!-

La madre de Sigfried, un chico de dieciséis años de edad, lo llamaba a su hijo para que limpie las ventanas de su casa, pero como todos los días de aseo, el muchacho se hacía el distraído y se iba a jugar con sus amigos para esquivar esas tareas. Ellos pertenecían a una pequeña aldea llamada Aldea de la Luna, un sitio que parecía apartado del resto del mundo y tan solo las personas que ahí vivían parecían conocerlo. El lugar, rodeado de grandes colinas del más brillante de los pastos, casi se podría decir que se encontraba en un pozo en medio de la nada. No había calles ni veredas, solo pequeños surcos de tierra donde el césped no quería crecer, y por todos lados se podían observar humildes casas, algunas de madera y otras de barro, pero todas bastante pequeñas. Además, por un costado, detrás de una pequeña colina se escondía un río, el cual los aldeanos utilizaban para sacar a diario grandes cantidades de pescado, uno de sus alimentos favoritos. Por esta zona siempre se veían muchas personas, tanto pescadores que se iban con su botín, como chicos que iban a pasar un buen rato jugando, hasta ancianos que simplemente iban a tomar sol y refrescarse. Y cuando caía la noche, la luna parecía posarse en aquella franja de cielo, ofreciendo una vista única y maravillosa, de ahí el nombre de la aldea. También era muy común que las viviendas tuvieran en su parte trasera pequeños ranchos con varios animales, como vacas o gallinas, de los cuales obtenían gran parte de sus alimentos. Hermosas flores ofrecían su belleza en los jardines que parecían querer superarse unos a otros. Los grandes árboles y el canto de los pájaros también prestaban lo suyo, aunque se los veía mucho más en las cercanías al río. La aldea estaba protegida por cuatro fuertes paredes de madera, y tras ellas se podían observar las verdes montañas no muy altas y un gigantesco bosque que se perdía en el horizonte.


Además de este, existían diversos pueblos, los cuales mucho tiempo atrás tuvieron sangrientas guerras unos contra otros. Días y noches llenas de gritos y sangre derramada azotaron a la tierra durante años. Según los escasos escritos que habían sobrevivido, las batallas se sucedían cada vez con más frecuencia, una tras otra. De forma muy extraña grandes ciudades pasaban de la tranquilidad a la maldad absoluta para matar a los demás pueblos de un día para el otro. Pero más extraño fue aún, cuando de la noche a la mañana todo volvió a la normalidad. Como resultado, todas las personas se separaron unas de otras y los pueblos quedaron divididos por gigantescos bosques, montañas, océanos y desiertos. Siglos más tarde, nuevas generaciones fueron naciendo, y a través de diferentes tratados fueron afirmando la paz entre todos nuevamente. Esta era una época de paz. Las guerras entre los distintos pueblos habían terminado hace mucho tiempo en todo el mundo. Ahora estaba llegando el período de las fiestas, que tradicionalmente se festejaban todos los años. Pero algo parecía querer oscurecer la historia para siempre, y nadie lo sabía. Solo la unión entre todos lograría la paz eterna.

En ese caluroso día del verano austral, todos se preparaban para festejar el carnaval, fiesta que se celebraba todos los años. Algunos adornaban sus casas, las paredes y los techos; otros pegaban afiches que anunciaban que obra se representaría en el teatro, el cual se encontraba en la calle. Realmente era un ambiente muy pintoresco.
En el medio de la aldea se encontraba la torre central, el lugar más alto, desde donde se vigilaba por algún ataque de afuera, pero solo por aquel día la torre se desocupaba y las puertas que comunicaban la aldea con el exterior se cerraban para que los guardias pudieran ir a festejar con sus familias.
A un costado, tan solo unos metros, estaban los carpinteros, quienes se hallaban en la ardua tarea de construir el escenario de madera para los actos de la noche.
Todo esto era lo que veían los ojos de Sid, quien desobedeciendo las órdenes de su madre se había escapado para ir a encontrarse con sus amigos. Se dirigió al río detrás de la colina, y al verlos, todos se quitaron la parte superior de su vestimenta que era una sucia remera blanca y se echaron a nadar.
Varias horas pasaron ahí hasta que Sid se despidió y regresó a su casa. Lo que sus ojos ahora veían eran las casas ya adornadas, a los vecinos probándose los disfraces que lucirían y a los carpinteros, exhaustos, sentados sobre aquel escenario de madera que sus manos habían construido, mirando el anaranjado cielo.
Al llegar Sid a su casa, adornada como todas las demás, la madre lo reprendió un poco por haberse ausentado varias horas y dejarle todo el trabajo a ella, aunque luego se sentaron a cenar bajo la luz de varias velas en una precaria mesa.
Al terminar, la madre del joven fue a colocarse su disfraz y Sid hizo lo mismo, aunque el suyo consistía tan solo de una máscara de madera. Así, los dos salieron y se encontraron con los demás vecinos que estaban ya afuera.
Al rato, y fiel a su costumbre, el muchacho se había apartado de su madre y se había ido a recorrer la zona. Ya era bien entrada la noche, y para poder iluminar el lugar se habían colocado antorchas que se cubrían con papeles de colores para estar a tono con la celebración.
Al llegar a la torre central, Sid hizo algo que ya tenía planeado desde hacía varios días: aprovechando la distracción de todos y que la torre se encontraba desocupada, se trepó hasta arriba y una vez en el techo se sentó ahí para poder ver mejor los fuegos artificiales que serían arrojados a la medianoche, la hora del verdadero festejo. Desde ahí podía observar todo: la gran cantidad de personas dispersas; el escenario, en el cual se encontraban en ese momento los músicos locales, y junto a sus instrumentos de viento y percusión deslumbraban a todos.
Más abajo, por el suelo, llegaron los amigos de Sid y le dijeron que baje, pero este se negó alegando que ya no podría volver a subir sin ser visto.

-¡Sid!-dijo uno de ellos, de pelo largo y muy despeinado-¡vamos a recorrer un poco todo esto a ver si encontramos algo!, ¿vienes?-

-¡No!-dijo Sid, con su rostro apenas visible en la oscuridad, alzando un poco su voz ya que se encontraba arriba-¡vayan ustedes ahora!-

-¡Vamos a intentar soltar al perro del viejo Smith!-

-¡Bien, no quiero perderme eso! ¡Vayan  ustedes, yo los alcanzo luego!.

 

 Los jóvenes no insistieron demasiado y se marcharon solos. En su camino vieron como en algunas de las casas se habían colocado pequeñas tiendas donde se ofrecían cosas de buen gusto, como bebidas o comidas especiales que los mismos dueños preparaban. Sin embargo, lograron ver una casa un poco más apartada del resto que tenía colocado en el techo, como muchas otras, una extensa tela de todos colores que lo cubría todo. Ahí se encontraba sentado un anciano que contaba historias a quien deseara. Los amigos de Sigfried vieron eso y se dirigieron rápidamente a pedirle que les cuente uno de sus relatos, entonces el anciano les narró uno que decía así:

 

Continúa el viernes

Palabras claves , , , , , , , , , , , , , , ,
Sin comentarios  ·  Recomendar
 
Más sobre este tema ·  Participar
Comentarios (0) ·  Enviar comentario
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>,
<li>· Lista</li>
Sobre mí
FOTO

Hernan Li

Explorador por naturaleza, amante de la vida y con hobbies tan variados como cosas hay en el mundo, te invito a compartir esta gran historia que continuará con un capítulo nuevo cada lunes y viernes. Si quieres visitar mi blog sobre mi vida en china esta es la direccion: http://unargentinoenchina.fullblog.com.ar/

Ver perfil

Calendario
Ver mes anterior Abril 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930
Buscador
Blog   Web
Tópicos
General (4)
Nube de tags  [?]
Secciones
Inicio
Contacto
Enlaces
FULLServices Network | Blog profesional | Privacidad