TOMO I: El principio del fin

CAPÍTULO II

LA GRAN LEYENDA

-Antes de la existencia del mundo, y de la belleza natural que hoy en día conocemos y podemos palpar con la punta de nuestros dedos, escuchar con nuestros oídos, observar con nuestros ojos y hasta olfatear con nuestra nariz, tres dioses decidieron crear un planeta, uno que estuviera lleno de vida, con abundantes especies de todo tipo y que todos convivieran en paz y armonía. Eldrick, el primer dios, dijo que crearía un cielo con millones de aves llenas de alas y plumas para que pudieran volar en el. Zack, el segundo dios, dijo que crearía la tierra, con especies animales y vegetales, sin alas, pero con patas para que pudieran caminar por doquier. Dar, el tercer dios, dijo que crearía un océano gigante repleto de animales con aletas para que pudieran vivir y desarrollarse en ese medio. Por miles de años todo marchó tal lo esperado, pero todo lo bueno tiene su cara mala.
Un día llegó Balgarf, un demonio maligno, y con su gran poder comenzó a invadir el corazón y la mente de las diferentes personas para poder formar el ejército más grande que jamás se haya visto y poder destruir todo. Nadie podía oponerse a tal inmenso poder, solo los tres dioses creadores. Ya no quedaba casi nada en pie cuando se enfrentaron cara a cara con el demonio, pero solo podrían vencerlo si los tres se fusionaban en un solo cuerpo, así que se unieron y lograron derrotarlo, pero a cambio de la gran energía expulsada se dividieron nuevamente y cada uno fue transformado en una roca; las tres piedras sagradas que fueron dispersas por el mundo. La gran pelea se desarrolló en esta aldea y desde entonces se festeja el carnaval aquí. Sin embargo hay quienes dicen que Balgarf no fue derrotado totalmente, y que anda vagando por el mundo buscando reunir suficiente poder para reconstruirse y así lograr terminar con lo que empezó.-
Al terminar el relato, todos se quedaron sin habla un momento y luego aplaudieron al anciano por su increíble historia.
Solo faltaban algunos minutos para la medianoche y los fuegos artificiales estaban a punto de ser lanzados, por lo que todos los vecinos se dirigieron al centro de la aldea. Un espectáculo hermoso de luces se desataba en el cielo. Todos se encontraban con la cabeza en alta observando, pero Sid, que se hallaba en el lugar más alto, logró ver en medio de tantas luces algo extraño que caía del cielo y fue a parar afuera de la aldea. Con gran curiosidad bajó rápidamente y fue corriendo hasta las puertas de entrada que se encontraban cerradas, así que trepó por ellas y vio a los pocos metros una roca de color rojo en el suelo. Se acercó hasta ella, y entonces escuchó que alguien lo llamaba. Se trataba de un sabio, un anciano ermitaño que vivía en una pequeña montaña y que había descendido de su hogar al ver la roca. Al acercarse notó algo que lo dejó muy sorprendido. El chico estaba un poco asustado por la presencia de aquel extraño hombre, algo que se podía apreciar en su rostro, pero la curiosidad fue más fuerte y despegando sus labios decidió preguntarle de que se trataba. El sabio le dijo que se sentara para escuchar una historia.
-Cuando los tres dioses creadores de nuestra tierra, Eldrick, Zack y Dar derrotaron a Balgarf en aquella épica batalla, se separaron y fueron convertidos en una piedra diferente, y cada piedra fue esparcida por el mundo. Sin embargo, el demonio no fue derrotado completamente, y con la poca energía que le quedaba creó una máscara que concentrara todo su poder.-
En ese momento algo raro sucedió y comenzó a llover, pero solo en el interior de la aldea, no fuera de ella.
-Dicha máscara fue arrastrada de a poco por las corrientes hasta llegar al mar oscuro y quedar sumergida en su lecho. Con los siglos el planeta fue cambiando, y en la era del sol el mar se secó por completo sin dejar rastro de sus aguas. Ahora hay en su lugar un gigantesco desierto, el llamado Desierto Kara. Hace poco menos de un año, un hombre, un investigador, se encontraba caminando por el desierto, y por las desgracias del destino logró hallar la maléfica máscara que había quedado destapada en las calurosas arenas. Como todo hombre avaro que ambiciona el poder, se colocó la máscara y al instante la energía maligna se adueñó de él. Luego de este hecho regresó a su ciudad, Aires Dorados, y nadie pudo notar que llevaba puesta la máscara ya que la misma se había impregnado en su piel y adquirido todos sus rasgos faciales, pero su actitud había cambiado, y comenzó a tratar mal y con desprecio a las personas.
Un día se apartó de todos y subió a la cima de una pequeña montaña que estaba pegada a la ciudad. Permaneció ahí por un tiempo, sólo, y una transformación física comenzó a notarse en él. Finalmente descendió a la ciudad nuevamente y con los pocos poderes que ya comenzaban a nacer en él hizo que lloviera en todo el lugar. Pero esa lluvia era maligna, y todos los ciudadanos tomaron contacto con ella. Ahora están bajo su poder y los controla como esclavos. Este ser se va transformando físicamente y de a poco sus poderes comienzan a renacer.
Ahora bien- continuó el anciano-, ya te he contado la historia de las piedras. Los dioses son los únicos que tienen el poder suficiente como para derrotar al demonio, pero con el tiempo la maldad comenzará a expandirse, su poder comenzará a resurgir cada vez más y si los dioses no son revividos nuestro mundo se verá hundido en las tinieblas. Las estrellas dicen que cuando comiencen a llover piedras rojas se acercará el principio del fin. La única manera de revivir a los dioses es reuniendo las tres piedras que quedaron esparcidas por el mundo y colocarlas en su altar sagrado que se encuentra en Aires Dorados. Solo una mente fuerte en un cuerpo joven puede hacerlo.- Aquí hizo una breve pausa y mirando fijamente al chico le dijo: -tú, tú eres el elegido Sigfried.-
El muchacho lo miró con unos ojos desorbitados y luego se le rió en la cara.
-¿Y usted espera que yo le crea esas sandeces?; además, ¿cómo es que esperó todo un año para decirme esto sabiendo que corremos peligro?- fue lo primero que dijo Sid al anciano.
-Un año fue el tiempo que me llevó encontrar a la persona indicada para esto. Estás en tu libertad de creerme o no, pero recuerda, el mundo depende de ti.-

Continúa el viernes 30 de mayo